Además de la metodología, al aplicar SPRT es sus diferentes formatos (clases, cursos o sesiones individuales de coaching), deberemos tener en cuenta una serie de elementos y variables determinantes en la práctica del método.

Los ejercicios
Deben servir correctamente al fin para el que han sido elegidos. El contenido de cada ejercicio así como el orden en el que se trabajan están cuidadosamente seleccionados. Una sesión de ejercicios trabaja todo el cuerpo de forma equilibrada, y la función postural y la facilitación están perfectamente integrados. Los ejercicios se estandarizan, basándose en los principios comunes y universales de la biomecánica, la ergonomía y la neurofisiología motriz, por lo tanto, respetan las características individuales de cada persona y trabajan las que son comunes.

El profesor
Es una figura esencial en la implementación del método SPRT. Su intervención es el elemento diferencial del que depende en gran medida el éxito del trabajo. Sus explicaciones, correcciones, adaptaciones y valoraciones determinarán cuales son las prioridades en cada alumno.

El alumno
Es la variable incierta de este esquema. Cada persona tiene unos rasgos y características diferenciales que impiden la estandarización de las correcciones al practicar SPRT. Las personas, tenemos diferencias en la función motriz que dependen tanto de los elementos como de los procesos. La forma en que nos movemos nos es propia, explica nuestra historia y está inevitablemente impregnada de nuestras creencias, nuestra personalidad y en definitiva nuestro esquema corporal.

Pero además, cada persona tiene unas características fisiológicas y morfológicas que deben respetarse a la hora de hacer las correcciones durante la práctica de los ejercicios. Muchas veces los síntomas son los mismos, dolor y rigidez o limitación del movimiento, pero las causas de esos síntomas difieren unos de otros, y por lo tanto, su abordaje debe afrontarse de forma diferente.

El lenguaje
Usado en los ejercicios no es aleatorio, sino que está especialmente elegido para facilitar unas respuestas determinadas. A medida que los alumnos aprenden el lenguaje y su significado, la ejecución mejora y los resultados con ella. Permite asociar palabras a imágenes, y éstas a objetivos específicos del movimiento favoreciendo la facilitación en todo el proceso.

La música
La música marca el ritmo, ordena y organiza la secuencia y predice la respuesta. La pre-programación es la anticipación inconsciente del cerebro a lo que va a ocurrir o lo que tiene que ocurrir, depende de la experiencia y de la información de los receptores de presión y tensión principalmente localizados en las fascias, pero también de nuestra experiencia y expectativas. Predecir la respuesta o pre-programar va a determinar en gran manera como el cuerpo afronta el movimiento.

Si la música es fácilmente predecible (no por repetición de la misma, sino porque las frases mantengan siempre los tempos, claramente marcados y fácilmente identificables), la tensión de anticipación ante un movimiento será menor y su ejecución será mejor, mas fluida y libre de tensiones. Por eso, la elección de la música va asociada a los ejercicios y el control de los tempos por parte del profesor a la hora de dar las indicaciones especialmente en el formato de clase en “SPRT Base”.

El entorno
Puede actuar como elemento potenciador o todo lo contrario, dificultando el pleno éxito de SPRT. Es evidente que será preferible un lugar que tenga una acústica adecuada, unos suelos cálidos y un ambiente templado, para realizar los ejercicios.