Aunque hay muchas causas para la inmovilidad de las personas, esta aumenta con la edad. El proceso natural de envejecimiento conlleva la falta de fuerza, resistencia y flexibilidad muscular. La coordinación y el equilibrio son asimismo dos factores que se van deteriorando y que aumentan el riesgo de caídas y fracturas como consecuencia del traumatismo en los huesos descalcificados.
El 18% de los mayores de 65 años tiene problemas para moverse sin ayuda, y a partir de los 75 años, mas del 50% tiene problemas para salir de casa, de estos un 20% dejan de hacerlo definitivamente”.
El grado de independencia de las personas a esta edad depende de la interacción de factores propios de cada una de ellas (la habilidad y destreza motoras, la capacidad cognitiva y sensorio-perceptiva, el grado de salud y autoconfianza…). Es necesario contemplar cada una de ellas para que en las clases se trabajen combinadas en los diferentes ejercicios.
Por eso las clases de SPRT para la tercera edad están adaptadas a las características de esta etapa de la vida, y uno de sus objetivos principales es el de conservar y mejorar en todo lo posible:
- La movilidad articular
- La fuerza y la resistencia muscular
- El equilibrio y las respuestas coordinadas
Los ejercicios favorecen el desarrollo de estrategias posturales y motrices que ayuden a mantener la autonomía, que es un indicador de su nivel de salud y de su calidad de vida, ya que define su grado de independencia.
- Dedique un mínimo de 10 minutos diarios a movilizar tobillos y pies, caderas y pelvis, columna y cuello, manos y hombros con ejercicios suaves y seguros.
- Elija una pared o un punto de apoyo para trabajar el equilibrio con posiciones de apoyo unipodal (sobre un solo pie alternado).
- Salga de casa cada día y camine un ratito con especial atención al calzado utilizado y sin cargas adicionales (bolsos pesados, carritos…)