La mayoría de los movimientos, se originan y organizan en el cerebro, pero es el sistema miofacial (músculos tendones y fascias) el que lo ejecuta. Ambos sistemas se interrelacionan constantemente ya que el cerebro utiliza como dato fundamental en su programación motriz la información que le proporciona el sistema miofacial.

Modelo SPRT de Control motor

Por todo ello, para mejorar las posturas y la forma en que el cuerpo se mueve, el MÉTODO SPRT empieza por reequilibrar las tensiones del conjunto miofascial, atendiendo cuidadosamente, a las diferencias anatómicas y fisiológicas de sus distintos componentes (músculos tónicos, músculos fásicos y fascias).

Gracias a este ordenado trabajo físico, se consigue modificar el estado de desequilibrios miofasciales que condicionan el movimiento y mejorar el esquema corporal, que es un elemento esencial para la programación motriz.

Estos cambios, facilitan un trabajo de reprogramación más eficiente y adecuado o dicho de otro modo, consigue que el cerebro reorganice y origine nuevas formas de movernos dado que las entiende más eficaces y más productivas en términos de equilibrio, gasto energético y confort.

El MÉTODO SPRT facilita cambios significativos en los procesos de control motor (postura y movimiento), aplicando un modelo que considera dos variable en el proceso de organización: la función postural y la facilitación. La función postural hace referencia a la actividad miofascial base, la que garantiza el equilibrio y la estabilidad necesaria para un movimiento eficaz y preciso, y que habitualmente denominamos postura. Por otro lado, la facilitación implica la intencionalidad del movimiento, el origen y desencadenante de la programación final.

En definitiva, podemos decir que el Método SPRT, consigue un cambio significativo y duradero en la postura y el gesto de cada persona, gracias a aplicar una metodología rigurosamente diseñada en base a la fisiología del sistema neuromotriz y los procesos de control motor.

Metodología SPRT

Nuestros movimientos y posturas son el resultado de un complejo conjunto de procesos que se producen en el Sistema Nervioso Central (SNC) y tienen su expresión en el Sistema Miofascial.

Sistema miofascial

El cerebro analiza una serie de datos y en base al esquema corporal los organiza siguiendo unas prioridades o reglas. Envía al sistema miofascial unas “órdenes” de programación que en SPRT denominamos organización y facilitación. A partir del resultado y de la información proveniente del sistema miofascial y de las articulaciones, el cerebro introducirá modificaciones en el programa.

La programación de un movimiento tiene que responder a la demanda de equilibrio y estabilidad para garantizar que el gesto o desplazamiento del cuerpo se haga de la forma más efectiva posible. Por ello podemos hablar de dos tipos de reacciones programadas interdependientes, es decir una sólo tiene sentido junto a la otra:

REACCIONES DE ORGANIZACIÓN
en las que la actividad muscular tiene la finalidad de garantizar el equilibrio y la estabilidad en función de las necesidades del gesto o posición, y están relacionadas con la musculatura profunda especialmente del tronco y las piernas.
REACCIONES DE FACILITACIÓN
en las que la actividad muscular tiene que ver con la fluidez y la destreza del movimiento, y están relacionadas con las extremidades del cuerpo: brazos, cabeza y piernas.

La gracilidad, la facilidad, la elegancia, la efectividad dependen de la correcta relación o proporción de actividad muscular tónica y dinámica. Si ponemos demasiada tensión muscular de estabilización, frenaremos el gesto más que liberarlo, lo mismo que si las fascias ofrecen una resistencia al estiramiento excesiva.

Sistema nervioso central

SPRT es un sistema de salud integral activa, que busca mejorar el estado físico, liberando las tensiones, estirando los músculos acortados y fortaleciendo los que necesitamos para realizar las tareas diarias de forma segura y efectiva. Pero además, este trabajo se hace respetando la neurofisiología del movimiento, es decir, que los movimientos y las posiciones que proponen los ejercicios se ajustan a los procesos de organización y regulación motriz del cerebro, y es por esto que modifican nuestros hábitos de movimiento y postura.

Para mejorar el funcionamiento del sistema neuromotriz, debemos trabajar con tres objetivos que metodológicamente quedan integrados:

  1. Equilibración miofascial
  2. Modificación del esquema corporal
  3. Reprogramación motriz

Todos los programas de SPRT, proponen un trabajo integral y activo presentado y organizado en un sistema de clases principalmente prácticas que son impartidas por profesionales cualificados, expertos en control motor, técnicas posturales y entrenamiento motriz.

SPRT se imparte en dos modalidades:

  • clases en grupos limitados y dirigidas por un profesional cualificado.
  • sesiones individuales de coaching postural, realizadas por un fisioterapeuta especializado. En las que se lleva a cabo una exhaustiva valoración y exploración, en referencia a dolores, lesiones, hábitos diarios u otros factores que pueden estar relacionados con el problema presentado, desde el control respiratorio y el medio laboral a los hábitos deportivos.

A partir de los datos recogidos, se proporciona un diagnostico postural y motriz, para determinar cuáles son las posibilidades y soluciones más adecuadas a cada persona

Es en cualquier caso, un trabajo que respeta las características individuales de cada persona, porque no se impone, sino que facilita e induce a cambiar a partir de la búsqueda de las respuestas más propiamente fisiológicas de cada individuo.