Este documento no pretende otra cosa que ser una breve explicación de los conceptos más básicos manejados en el método. Está dirigido al público en general, atendiendo especialmente a aquellas personas sin conocimientos previos en la materia, en ocasiones hemos puesto ejemplos que, lejos de la rigurosidad científica, creemos transmiten con claridad la magnitud del mensaje.
Por otro lado, el esfuerzo de simplificación, la búsqueda de un leguaje simple y entendible, no ha sido tarea fácil, en ocasiones nos asalta la duda de si para un lector más avezado, esta reducción nos aleja en exceso, y con razón, de la realidad científica que deberíamos transmitir, si es así, pedimos anticipadamente su comprensión.
1. Antecedentes
El concepto de Líneas Miofasciales y el papel de la fascia en los estudios del cuerpo humano son relativamente recientes hasta el momento, la medicina, en todos sus ámbitos, se había centrado en explicar el funcionamiento de los diferentes músculos como unidades independientes, y en segmentar sus movimientos y funciones hasta explicar en términos biomecánicos con la máxima exactitud su funcionamiento individual, pero sin atender al funcionamiento en relación con el conjunto.
La primera en investigar y dar a conocer que los músculos forman una cadena fue la Dra. Françoise Mézierès, cuyos primeros estudios datan de 1948. Ella fue quien estableció el llamado “pívot primario”, se trata del músculo inicial, aquel que da comienzo a todo el movimiento muscular que se encadena finalmente en las llamadas “cadenas musculares”. También introdujo la idea de Fascia, una red que envuelve todo convirtiéndolo en una unidad. Otra investigadora importante fue Godelieve Denys-Struyf, la cual, basándose en sus observaciones sobre un número importante de pacientes, fue más allá, y llegó a la conclusión de que cuando una cadena muscular predomina en mayor medida que las otras, se puede asociar a determinadas tendencias psicológicas y de carácter. Por último tenemos a Leopold Busquet, director de formación de “Les Chaines musculaires”. Él ha enfocado su investigación de las cadenas musculares en términos de la biomecánica del músculo individual como “pivot primario” y su efecto en la mecánica de los músculos y tendones inmediatos en la cadena.
En los últimos años, algunos trabajos han revolucionado totalmente los conceptos utilizados hasta el momento introduciendo modelos basados en los controvertidas Líneas Miofasciales que encuentran diferencias marcadas sobre las ya mencionadas cadenas musculares. Algunos ejemplos son los de Andry Vleeming sobre las bandas fasciales y el sacroiliaco; o los de Diana Lee, con su visión de la aplicación clínica de la anatomía de Gray; los de la puntera Ida Rolf, con sus estudios sobre la manipulación de las partes blandas para recolocar las tensiones entre huesos según el principio de tensegridad, o los del ortopeda Stephen Levin, pionero en la biotensegridad.
Hasta ahora han sido aceptados varios conceptos:
- El primero es que las Líneas Miofasciales y la Fascia forman un todo, una unidad, que podríamos integrar dentro del llamado Sistema Miofascial en la que todo está conectado como si de una estructura en tensegridad se tratase. De este modo, los huesos se consideran “espaciadores” que empujan hacia las partes blandas (músculos, tendones…) y el tono de la miofascia tensa, convirtiéndose así en un elemento determinante.
- El segundo es que las personas, bien de forma natural, bien por hábitos diarios o simplemente por traumas, tienden a utilizar más unas Líneas Miofasciales que otras, lo que provoca una serie de problemas o patologías asociadas de carácter fisiológico, y en consecuencia una disfunción del sistema miofascial.
- En tercer lugar, si bien el Sistema Miofascial (formado por el conjunto de músculos, articulaciones, huesos, tendones y tejido conjuntivo) es el responsable de ejecutar todo movimiento o postura, en realidad cada movimiento previamente se inicia por una orden del cerebro, el cual, a través del Sistema Nervioso Central establece la velocidad e intensidad con la que los diferentes grupos musculares se deben activar para desarrollar la postura. Por tanto se debe tener en cuenta qué aspectos condicionan sus respuestas y cómo podemos mejorarlas.
Por otro lado, existen estudios interesantes, no universalmente aceptados, como los llevados a cabo por Mademoiselle Godelieve Denys-Struyf que se adentran en las relaciones entre el efecto puramente físico del predominio de una determinada cadena muscular sobre el resto y el efecto en la psicología de cada persona, llegando incluso a apuntar hacia determinadas patologías psíquicas asociadas.
1.1 Evolución en los hábitos del ser humano
Si deseamos poder llegar a entender lo que nos ocurre hoy, es importante remontarnos a nuestro pasado y a lo que ha sido la evolución de nuestros hábitos. Los principales yacimientos de autrolopiquetus y de homo-habilis se hallan en el este de África, en el denominado Valle del Rift, situado en la conjunción de Etiopía, Tanzania y Kenia. En éstos se han encontrado huellas cuya antigüedad supera los tres millones de años; estas huellas de pies presentan una doble curva plantar junto a un dedo gordo claramente diferenciado, pruebas ambas de la inequívoca bipedestación del ser humano.
A partir de este dato, y dado que según los expertos como Yves Coppens, la evolución humana podríamos establecerla entorno a los 35.000.000 de años, podríamos intentar establecer una tabla con los espacios de tiempo que marcarían nuestra evolución reciente traducidos a una escala de un sólo año. Este ejercicio arrojaría el siguiente resultado:
Día | Evento referente |
---|---|
1 de enero | Despertar de la conciencia reflexiva |
12 de mayo | Aparición del Homo Erectus |
25 de junio | Llegada del hombre a Europa |
3 de noviembre | Aprendizaje y manejo del fuego |
12 de diciembre | Construcción de las primeras viviendas |
14 de diciembre | Aparición del homo Sapiens |
14 de diciembre | Inicio de los primeros enterramientos |
26 de diciembre | El hombre de Cromañón inventa el arte |
30 de diciembre a las 17 horas | El hombre inventa la agricultura |
31 de diciembre a las 0.3 horas | Se inventa la metalurgia |
31 de diciembre a las 10 horas | Inventa la escritura |
31 de diciembre a las 14 horas | El hombre pone los pies en la Luna |
Con este simple juego de escala temporal se pone de relieve de forma muy evidente la velocidad con la que el hombre ha debido adaptarse a los cambios de los últimos tiempos que con toda seguridad no ha podido ser asumido en términos evolutivos lo que le ha causado problemas tanto psicológicos como físicos.
A modo de resumen podemos afirmar que muchas de las dolencias del hombre actual provienen de una falta de adaptación a nuestros nuevos hábitos y costumbres.
1.2. Cuantificación económica de las patologías de la falta de adaptación al medio.
La realidad actual tenemos un alto nivel de preocupación por nuestra salud y bienestar; pero antes de entrar en esta materia es importante homogenizar el concepto de qué entendemos por salud. Con este fin tomaremos como referencia la definición que nos ofrece el Organismo Mundial de la Salud (OMS). “La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social y no tan sólo la ausencia de enfermedades o dolencias”.
Desde esta perspectiva son pocos los que podrían considerar que gozan de una buena salud. Vamos a analizar algunos datos estadísticos que demuestran el esfuerzo social en este sentido.
El Reino Unido gastó diecisiete millones de euros en tratamientos contra la depresión. Según la estadística oficial existen más personas de baja laboral por trastornos emocionales que personas en situación de paro.
En España uno de cada diez personas en edad de producir sufre depresión.
Según la Agencia Europea para la Salud en su informe 2007 establecía como causas principales de la incapacidad laboral en Europa los siguientes porcentajes: depresión 27%, lesiones musculo-esqueléticas 27%, enfermedades coronarias 10%.
Los trastornos musculo-esqueléticos son la enfermedad laboral más común, afectan a ciento cincuenta millones de personas y suponen un gasto de 1,6% del producto interior bruto.
El 85% de la población sufre dolor de espalda en algún momento de su vida.
En España, según el Informe de la Fundación Europea para la mejora de la salud, “el 43% de los trabajadores sufre dolor de espalda, y el 70% de los gastos sanitarios son ocasionados por sus patologías”.
Según el informe anterior las bajas laborales por dolores de espalda alcanzan un promedio de 41 días al año.
Según el Plan Director en Riesgos Labores de la comunidad Madrid (*3) “el 42,3% de las mujeres sufren dolor de espalda frente el 24, 8% de los hombres”.
La lumbalgia es la patología médica más cara y es la primera causa de discapacidad de los menores de 45 años en los países industrializados; y el 10% de los pacientes con dolor lumbar no se vuelven a incorporar al mundo laboral jamás.
Conclusión: todos los estudios recientes demuestran que los dolores de espalda y articulares en general no son exclusivamente consecuencia del mal funcionamiento orgánico, si no que fundamentalmente son generados por causas biomecánicas relacionadas con el estilo de vida, la falta de higiene postural y por aspectos psíquico-emocionales de las personas.
Estudios científicos publicados a partir de 1990 y referidos a patologías mecánicas del raquis son referenciados por las bases de los datos de Medline, Embase, Pascal, health Star, Pyschoinfo, Bioesthics. Estos estudios han analizado los diferentes procedimientos terapéuticos utilizados para el dolor de espalda, demostrando una baja eficacia y descartando la mayoría de las técnicas fisioterápicas, con la excepción de algunos tratamientos manuales.
2. Sistema neuromotriz
El Sistema Neuromotriz es el encargado de interrelacionarnos con el exterior y de generar el movimiento. Está formado por diferentes sistemas, el más evidente es el llamado Sistema Miofascial que se compone de los huesos, articulaciones, músculos y fascias. Pero por encima de éste y con una función organizadora de la información y origen del movimiento esta el cerebro, o para hablar en términos más apropiados el Sistema Nervioso Central.
Todo movimiento se inicia en el cerebro, el cual asocia una imagen a la tarea que pretende realizarse y a partir de ésta, emite las órdenes oportunas al Sistema Miofascial. A modo de ejemplo, basta decir que nuestro cerebro para abrir una puerta no piensa en levantar el brazo, estirarlo, extender la mano, agarrar el pomo, etc., sino simplemente en abrir la puerta, concepto adquirido con la experiencia.
Una vez decidido el objetivo de la tarea que hay que realizar (estrategia motriz), el Sistema Nervioso Central origina el conjunto de órdenes para que el Sistema Miofascial se ponga en marcha y los músculos, tendones y huesos actúen en consecuencia. Pero el papel del Sistema Miofascial no es exclusivamente el de ejecutar las órdenes producidas desde el cerebro, sino al mismo tiempo debe transmitirle nueva información que le permita mejorar el nuevo movimiento. A modo de ejemplo, si deseamos levantar un objeto del cual desconocemos su peso, el cerebro dará unas determinadas órdenes que serán inmediatamente perfeccionadas por la percepción sensorial captada a través del Sistema Miofascial, que permitirá nuevamente al cerebro reordenar las fuerzas y equilibrios necesarios para alcanzar el objetivo buscado.
Así pues, podríamos definir el movimiento como el resultado de los mejores intentos del Sistema Nervioso Central para conciliar nuestra estrategia motriz con nuestras limitaciones biológicas y fisiológicas organizando la respuesta más adecuada posible.
El Sistema Nervioso Central al ser el origen del movimiento condiciona de forma ineludible el estado de los diferentes elementos del Sistema Miofascial. De esta afirmación hablaremos más adelante cuando establezcamos la relación inequívoca entre determinado comportamiento psicológico y acortamientos tensionales en las Líneas Miofasciles.
Evidentemente, el Sistema Neuromotriz respecto a su papel en la función neuromotriz, viene determinado biológicamente, genéticamente, pero también por el entorno (elementos sociales y ambientales) y por las vivencias de cada individuo.
Es importante entender que en la función neuromotriz siempre se respeta lo que podríamos llamar “Reglas Fisiológicas Fundamentales” del movimiento.
3. Reglas fundamentales de la fisiología del movimiento
Existen tres reglas que definen el comportamiento del movimiento:
- Equilibrio: Las personas nos esforzamos por permanecer en equilibrio, y cuando realizamos cualquier movimiento nos readaptamos para mantener ese equilibrio.
- Economía: Intentamos realizar nuestra actividad consumiendo el mínimo volumen de energía evitando el exceso de fatiga.
- Confort o “no dolor”: El ser humano es capaz de realizar casi cualquier cosa y adoptar cualquier recurso y posición con tal de no sufrir dolor.
Cuando nuestro cuerpo está sano actúa según su fisiología en su funcionamiento natural El Equilibrio es prioritario (en términos absolutos, desde las paredes del organismo, vísceras, sistema neuronal,…), el cuerpo adopta soluciones económicas para su funcionamiento; todo ello en el bien entendido de que el conjunto resulta confortable.
Cuando aparecen los dolores, se sacrifica la economía por el confort, se prefiere gastar más energía con tal de no tener dolor, adoptando posturas, curvándose, reduciendo su movilidad y en definitiva sacrificando su natural equilibrio (por ejemplo la cojera).
Si el movimiento viene fundamentado por el equilibrio, economía y confort, también viene determinado por las características biológicas y genéticas del individuo, así como por sus vivencias personales (lesiones, operaciones,…) y su interacción con su entorno próximo (tipo de trabajo, forma de vestir,…).
Ha sido demostrado que mediante ejercicios correctivos se pueden compensar y equilibrar las Líneas Miofasciales, prevenir posibles lesiones o dolores e incluso eliminar los dolores.
No ha sido demostrado en cambio que mediante los ejercicios físicos se pueda llegar a influir en el equilibrio de determinados aspectos psicológicos o de carácter. Por ejemplo: Una persona tímida suele tener un predominio de la cadena anterior, hombros hacia delante y una posición enrollada. Eso lleva consigo una serie de complicaciones. Si consigue cambiar esa mala posición y esa persona llega a adoptar una posición de hombros abiertos y cabeza alta, podrá influir en su carácter.
Como hemos dicho anteriormente, no sólo los aspectos más puramente físicos son los que intervienen en el movimiento, sino que las propias vivencias, entorno y actividad diaria afectan directamente en él, y por tanto en las Líneas Miofasciales que son las encargadas de ejecutarlo y que se pueden ver afectas por los aspectos psicológicos, por lo genético y por los hábitos de vida.
Podemos definir un sistema motriz bien organizado como aquel que respeta las reglas del aparato locomotor, con ausencia de dolor, libertad de movimiento articular y adopción de las posturas adecuadas para cada estrategia motriz.
4. Organización del sistema nervioso central
Tal como se ha definido anteriormente, el Sistema Nervioso Central, es el origen y el organizador de todas las órdenes que posteriormente son ejecutadas por el Sistema Miofascial, el cual, a su vez, mediante su función propioceptiva, proporciona nueva información al cerebro, para que éste ejecute la siguiente orden.
El Sistema Nervioso Central en su funcionamiento procesa un conjunto de datos muy diversos para proporcionar finalmente la respuesta más adecuada. Según la Teoría de Sistemas, desarrollada por Nicolai Bernstein, en 1932 “los movimientos no son dirigidos ni central ni periféricamente, sino que emergen de la interacción de muchos sistemas”. La coordinación del movimiento no ocurre (sólo) debido a patrones de activación muscular prescritos por vías sensoriales” (modelo reflejo) “o sólo por la acción de programas centrales (modelo jerárquico). La coordinación del movimiento surge a partir de estrategias de movimiento que aparecen de la interacción de todos los sistemas participantes. Este sistema propone organizar los movimientos en función de una tarea.
El acto motor está organizado jerárquicamente. El equilibrio y control postural están en base de la autonomía motriz. Cualquiera de las habilidades motrices necesita un adecuado control de la postura y el equilibrio. La posición del cuerpo varía según el movimiento que se vaya a realizar y el control de la postural se consigue gracias a cuatro modalidades sensoriales:
- Información vestibular (posición de la cabeza).
- Visual que nos mantiene en relación con el medio.
- Propioceptivo que informa de la posición relativa de los distintos segmentos entre sí. Los mecanismos implicados son sensibles a los impulsos de estiramiento, presión y compresión.
- Exteroceptivo que es la información proveniente a través de las superficies de contacto que nos rodean.
El sujeto tiene que estar permanentemente orientado en el tiempo y en el espacio para llevar con éxito este proceso de equilibrio. Esto es posible gracias a la representación mental de nuestro cuerpo y del lugar que ocupa en el medio que nos rodea, llamado esquema corporal, y de la programación de unas respuestas motoras que permiten adaptarse constantemente a nuevas situaciones.
Para un movimiento más eficaz, se aplica el aprendizaje motor que se encuentra dividido en tres fases:
- Fase cognitiva.
La experiencia previa nos permite evaluar la tarea que se tiene que realizar y aprovechar otros aprendizajes motrices anteriores para establecer una estrategia motriz. En esta etapa lo importante es:
- Los aprendizajes o hábitos motrices previos.
- Los Aspectos circunstanciales: lugar o entorno, circunstancias ambientales, aspectos psicológicos (estado de ánimo, ansiedad).
- El esquema corporal.
- Fase asociativa.
Gracias a la información sensitiva y la evaluación de los resultados obtenidos, vamos modificando las estrategias para el movimiento, buscando una mayor precisión y sensación confortable. Una vez que se ha aprendido el movimiento, el sujeto utiliza ese logotipo sensitivo como guía para que el sistema de control motor del cerebro lo siga.
Cuando se aprende una nueva habilidad motora, al principio se tiende a activar muchos músculos de forma simultánea y luego, con la práctica, las contracciones menos eficaces se eliminan (efecto aprendizaje) y sólo se contraen los músculos necesarios. Según la Ley de facilitación: cuando un impulso ha pasado a través de un grupo de neuronas excluyendo a otras, tenderá a tomar el mismo camino en futuras ocasiones, y cada vez que atraviese esta vía la resistencia será menor. Como por ejemplo, cuando un pianista interpreta alguna de las obras que más conoce, se descubre que la actividad neuronal se reduce a una pequeña zona, es por lo tanto una activación específica y enormemente eficaz. Cuanto más eficaz, menos neuronas trabajan y el movimiento está mejor aprendido.
- Fase autónoma.
La tarea se asocia con una reorganización de los mapas cerebrales. La reorganización del mapa motor implica que han existido cambios, incluyendo mejoras en la precisión, en la capacidad y en el control de la habilidad motora. Por tanto, para que exista una reorganización del mapa motor no solo se requiere la adquisición de la habilidad del movimiento sino una cantidad suficiente de repeticiones.
5. Organización del sistema miofascial
Para entender el funcionamiento del Sistema Miofascial es necesario comprender previamente el funcionamiento de cada una de las secciones que la componen.
5.1. Estática de las articulaciones
Cada articulación posee una amplitud fisiológica de movimiento que depende de una buena relación articular y del equilibrio de las tensiones musculares que se aplican en ella. Si hacemos variar alguno de los vectores que actúan en estas fuerzas modificamos la estática de la articulación y por tanto la libertad de sus movimientos. (Leer más…)
Una articulación tiene una buena estática si las tensiones musculares que se aplican sobre ella están equilibradas; pero en el momento que hay una retracción en un músculo, la articulación empieza a sufrir. Ese equilibrio se ve modificado y puede provocar lesiones articulares y contracciones en los músculos que dependen de esa articulación.
5.1.1. Articulaciones principales:
![]() |
Articulaciones miembro superior | Articulaciones Cabeza y C.vertebral | Articulaciones pelvis y miembro inferior |
---|---|---|---|
Cintura escapular: Acromioclavicular | ATM: témporo-mandibular | Articulación sacro-ilíaca | |
Articulación del hombro | Cada vértebra con la superior e inferior | Articulación coxo-femoral (cadera) | |
Articulación del codo: humerorradial, humerocubital,radiocubital-proximal | La 5ª vértebra lumbar con el sacro | Articulación de la rodilla | |
Articulación de la muñeca | Articulación del tobillo | ||
Articulaciones de la mano | Articulaciones del tarso | ||
Articulaciones de los dedos | Articulaciones metatarsianas |
5.1.2. Planos y Ejes de movimiento:
Los movimientos del cuerpo humano se describen a partir de una posición de referencia llamada “POSICIÓN ANATÓMICA”.
La posición anatómica es la que mantiene el cuerpo derecho, pies juntos y paralelos, brazos a lo largo del cuerpo y las palmas mirando hacia delante.
El cuerpo humano se mueve siempre en 3 planos en el espacio
-
Plano frontal:
es aquél que dividiría el cuerpo en mitad anterior y mitad posterior. Es el plano en que se realizan los movimientos visibles de cara.
Un movimiento en el plano frontal que desplaza una región del cuerpo:
- Hacia la línea media del cuerpo: Se llama ADDUCCIÓN.
- Lejos de la línea media del cuerpo: Se llama ABDUCCIÓN.
Excepciones: Por lo que se refiere al cuello y al tronco un movimiento en el plano frontal se llama inclinación lateral. En el caso de los dedos de las manos y de los pies, se tiene en cuenta la línea media de la mano y el pie y no la línea media del cuerpo.
-
Plano sagital:
es aquél que divide el cuerpo en mitad derecho y mitad izquierdo, y por tanto todo plano paralelo a éste. Es el plano en el que se realizan los movimientos vistos de perfil.
Un movimiento en el plano sagital que desplaza una región del cuerpo:
- Hacia delante: Se llama FLEXIÓN.
- Hacia atrás: Se llama EXTENSIÓN.
Excepciones: Antepulsión de hombro y flexión dorsal de tobillo.
-
Plano transversal:
Es aquél que dividirá el cuerpo en mitad superior y mitad inferior. Es el plano en que se realizan los movimientos visibles desde arriba o desde abajo.
Un movimiento en el plano transversal que desplaza una parte del cuerpo:
- Hacia fuera: Se llama ROTACIÓN EXTERNA (RE).
- Hacia dentro: Se llama ROTACIÓN INTERNA (RI).
Excepciones: En el antebrazo se llama supinación si va hacia fuera y pronación si va hacia adentro. En el caso del tronco las rotaciones se efectúan hacia la derecha o hacia la izquierda.
En realidad los movimientos del cuerpo se realizan muchas veces en planos mixtos: Ejemplo: Posición para meditar: Las caderas están en flexión, abducción y rotación externa.
5.2. Envoltorio del esqueleto: los músculos
Tradicionalmente la medicina occidental ha estudiado el músculo como un elemento individual atendiendo a su funcionalidad como órgano independiente sin tener en cuenta su papel en el conjunto del cuerpo. Es precisamente este punto de vista global el que nos interesa para este estudio, ya que en ninguno de los casos se ha pretendido enfocar como un tratado de medicina.
Los músculos, o más bien, las familias de músculos que actúan de forma simultánea y complementaria constituyen una verdadera cadena de tensión miofascial, que puede “encadenar” al cuerpo en una actitud especifica y que, en su continuidad, son los que producen el movimiento. En efecto, desde nuestra óptica, un músculo no será jamás tratado aisladamente, sino atendiendo a su funcionalidad dentro de la globalidad.
Los músculos se pueden clasificar en dos grandes grupos con diferencias biológicas y funcionales, músculos posturales o tónicos y músculos dinámicos o físicos. Íntimamente asociados a estos músculos tenemos las fascias o componentes fasciales. Las fascias conforman un entramado complejo y organizado que no solo envuelve y da forma a los músculos, sino que los une a los huesos y las articulaciones gracias a los tendones, ligamentos y cápsulas. A través de las fascias las fuerzas de contracción se trasladan hasta los huesos provocando el movimiento.
Ambos tienen características muy diferentes. Los músculos posturales pueden trabajar mucho tiempo sin fatigarse, lo que los convierte en excelentes puntos fijos, pero no los podemos controlar de forma consciente, actúan por mecanismos reflejos. Por el contrario, los músculos dinámicos, aunque capaces de generar mucha fuerza, necesitan alternar trabajo y reposo pero los controlamos de forma totalmente voluntaria.
Cuando la “Función Postural” es deficiente, tendemos a sustituir los músculos tónicos por posturales, exigiéndoles a éstos un papel para el que no están preparados y apareciendo contracturas, dolores articulares y de espalda que con el tiempo pueden derivar en patologías más graves. Esta diferenciación está llena de matices pero nos permite entender la necesidad de trabajar las dos fisiologías musculares y sus características. Por ejemplo cuando nos sentamos excesivamente separados de la mesa obligamos a nuestros músculos dorsales y cervicales a hacer el papel de sustentación que no les es propio.
Las Fascias cumplen dos funciones:
- Una función postural: tensegridad
- Una función dinámica: permiten un movimiento fluido y sin rigidez gracias a las Líneas Miofasciales.
5.3. Las fascias
Las Fascias son membranas del tejido conjuntivo que están alrededor de los órganos como envolturas y entre los órganos como conexiones.
Las Fascias permiten a los órganos moverse los unos en relación con los otros y a la vez une y viste los órganos hasta darles su forma.
Las Fascias están formadas por fibras elásticas, fibras resistentes y una substancia fundamental con un papel esencial en los intercambios tensiónales.
La Fascia se puede dividir en dos partes:
-
La Fascia Superficial:
Es una Fascia de revestimiento extremadamente corta que recubre cada grupo muscular y cada músculo. Como consecuencia, todas las envolturas musculares locales están ligadas unas con otras.
Un buen ejemplo son los tendones, que son en sí mismos fascia superficial.
-
La Fascia Profunda:
Es una cadena de membranas colgadas que empieza en el agujero occipital y las vértebras cervicales acabando en la columna lumbar. Tiene una función vital puesto que forma parte de las envolturas del corazón. La Fascia profunda une la columna cervical al esternón y al diafragma. Dicha fascia se inserta en el diafragma sobre las vertebras lumbares.
Su longitud y elasticidad condicionan directamente en el diafragma, en la respiración, la colocación de la columna vertical y el tórax.
La retracción de la Fascia profunda puede producir una proyección de la cabeza hacia abajo y hacia delante o una acentuación de la curvatura lumbar.
Los músculos tónicos y el conjunto de las fascias son los elementos adecuados para garantizar el equilibrio y la estabilidad del movimiento. Esto es lo que nosotros denominamos función tónica, más comúnmente conocida como postura. Y, dado que la actividad postural es el resultado de combinar de forma inconsciente respuestas reflejas y respuestas automatizadas por lo que para modificar la postura debemos trabajar sobre las causas de las respuestas reflejas (que suelen ser físicas) y sobre hábitos aprendidos.
El empeño por aislar los músculos ha impedido que la fascia haya adquirido su verdadera importancia en la medicina tradicional y no hayamos contemplado con perspectiva el diseño de distribución de tensiones generada por el sistema fascial. Resumiendo los argumentos expuestos hasta el momento, hemos presentado el sistema fibroso como una red activa y reactiva que abarca la totalidad el cuerpo y que sería equiparable en términos de importancia y alcance a los sistemas nervioso y circulatorio, que podríamos denominar Sistema Miofascial, que agruparía los músculos, los tendones y el conjunto del tejido fascial y cuya función principal sería transmitir las ordenes del sistema nervioso central a los músculos para generar el movimiento y a la vez captar información externa para retransmitírsela al cerebro y que éste pueda reordenarse para generar el nuevo movimiento.
Hemos establecido, pues un sistema basado en constantes tensiones que son reconducidas y reequilibradas por la fascia, generando un modelo de SISTEMA FASCIAL TENSEGRITICO.
5.4. El principio de tensegridad
El concepto “Tensegridad” lo desarrolló el arquitecto e ingeniero R.Buckminster Fuller, que la describió como la combinación de las fuerzas que existen en una estructura formada por una red finita de elementos de compresión o elementos rígidos interconectados a través de elementos tensiles o elásticos que le dan a la estructura su integridad total.
Este modelo arquitectónico acogido en los últimos tiempos una gran relevancia gracias a su capacidad de readaptación de las tensiones entre los elementos rígidos y los elementos elásticos frente a fuerzas externas. Es precisamente esta característica la que lo asemeja al comportamiento del cuerpo humano y en especial al papel del sistema miofascial.
De esta forma podemos considerar los huesos como los componentes comprimidos y la fascia como los componentes traccionados. El esqueleto es una estructura de compresión continua solo en apariencia, para comprobarlo bastaría con eliminar las partes blandas y observar como los huesos se estampan contra el suelo ya que nos están unidos entre sí, sino apoyados en superficies cartilaginosas deslizantes. Son precisamente las fascias y su papel tensegrítico el que mantiene el esqueleto erguido.
5.5. Líneas miofasciales
Las Líneas Miofasciales representan circuitos continuos bidireccionales de músculos a través de los cuales se propagan las fuerzas originadoras del movimiento. Podríamos decir que estas líneas reflejan las vías que siguen las tensiones musculares y fasciales para realizar un movimiento en concreto.
Es evidente, que los movimientos son producto de complejas combinaciones de varias líneas simultáneamente, si bien intentamos establecer la línea de tensión predominante en ese movimiento. Algunas de ellas, como la espiral y sobre todo la línea funcional y la línea profunda son intrínsecas al propio movimiento y por tanto debemos entender que forman parte esencial de todos ellos.
Las Líneas miofasciales son vías que actúan en una misma dirección y profundidad generando conexiones faciales o mecánicas (a través de un hueso) mostrando las inserciones de las vías anatómicas, sus divisiones y posibles rutas alternativas. Cuando buscamos una vía anatómica estamos buscando líneas constituidas por unidades del tejido miofascial, de forma similar a una vía de tren. Las Líneas Miofasciales podríamos definirlas sin lugar a dudas, como vías anatómicas que nos muestran la dirección tensional en los músculos y las fascias para generar el movimiento.
Por tanto, es importante entender que en las líneas miofasciales no se permiten ni cambio de plano o dirección, ni cambios bruscos de profundidad y cuando están en equilibrio modelan el cuerpo y optimizan su funcionamiento; se complementan unas con otras provocando compensaciones perfectas, tal como explicaremos en el apartados de la tensegridad. De alguna forma cada una posee su propio dominio y mientras éstas no desborden a otras zonas, el equilibrio general estará respetado. El exceso de actividad de una de ellas puede llegar a generar en la antagonista acciones manifiestamente dolorosas.
“No estamos aplastados por la gravedad, sino por las acciones de las diversas Cadenas Musculares que se vuelven excesivas tratando de luchar contra ella” Françeis Mézières.
La afirmación más general sobre las líneas de las vías anatómicas es que el esfuerzo, la tensión (buena o mala), el traumatismo y el movimiento tienen que transmitirse a toda su estructura a lo largo de estas líneas fasciales de comunicación.
Si bien en términos generales se han determinado siete líneas miofasciales;
Línea Posterior Superficial, Línea Frontal Superficial, Línea Lateral, Línea Espiral, Líneas del Brazo, Líneas Funcionales, Línea Frontal Profunda; lo cierto es que cualquier persona con los debidos conocimientos podría construir sus propias líneas atendiendo a las reglas comentadas en los párrafos anteriores.
Un esfuerzo de síntesis podría permitirnos determinar una diferencia fundamental entre las líneas superficiales y las líneas profundas, ya que estas últimas son las que nos sustentan en vertical y reflejan unas líneas tensionales que no pueden activarse conscientemente, y actúan de forma autónoma con nuestra propia vitalidad diaria (la respiración, el equilibrio, la verticalidad).
A continuación, explicaré las líneas miofasciales más comunes, y a su vez, las asociaremos con determinados comportamientos psicológicos. Es importante reiterar nuevamente, a pesar de haberlo repetido a lo largo de todo el capítulo, que en todo movimiento existe una interrelación entre todas las líneas, y cuando asignamos una de ellas a un determinado carácter, debe entenderse que es porque éste influye particularmente en el sistema nervioso central (cerebro), alterando las órdenes que éste proporciona al sistema miofascial para que lleve a cabo un determinado movimiento, y forzando el reclutamiento excesivo de determinados grupos musculares que finalmente se verán acortados por un esfuerzo tensional mal organizado. Evidentemente, las líneas profundas no pueden asociarse a ningún carácter específico.
Se pueden definir las siguientes Líneas Miofasciales:
5.5.1. Línea Posterior Superficial (LPS)
La LPS conecta y protege la totalidad de la cara posterior del cuerpo, como un caparazón, desde de la planta del pie hasta la parte superior de la cabeza en dos secciones: desde los pies hasta las rodillas y desde las rodillas hasta la frente.
Su función postural general es sostener el cuerpo en extensión vertical completa y su función general de movimiento es la extensión y la hiperextensión.
Dado que nacemos en flexión, el desarrollo de la fuerza, la competencia y el equilibrio de la LPS está relacionado con la madurez, hasta llegar a una extensión completa.
Aunque hablemos de una LPS en singular, existen, por supuesto, dos LPS, una a la derecha y otra a la izquierda, y ambas tienes que estar en equilibrio, en el caso contrario genera problemas posturales y fisiológicos.
La superficie plantar del pie suele ser una fuente de problemas que se transmiten en sentido vertical a lo largo del resto de la línea. Un pequeño mal trabajo puede afectar al funcionamiento del conjunto.
La tensión excesiva en esta línea se puede asociar a una tendencia hacia la acción y a la competición y genera una cierta lordosis en el eje vertical. A nivel morfológico, los glúteos son muy marcados, la zona abdominal un poco dilatada y los hombros bajos y en aducción. Esta actitud de apertura favorece la comunicación y se asocia a personas con marcado carácter extrovertido.
5.5.2. Línea Frontal Superficial (LFS)
La LFS conecta la totalidad de la superficie anterior del cuerpo, desde el dorso del pie hasta el lateral del cráneo, en dos partes: desde el dorso de los dedos del pie hasta la pelvis y desde la pelvis hasta la cabeza.
La función postural general de la LFS es equilibrar la l línea posterior superficial (LPS) y proporcionar un sostén tensil desde la cabeza para así elevar las partes del esqueleto que se proyectan por delante del eje gravitatorio: el pubis, la caja torácica y la cara. La miofascia de la LFS también mantiene la extensión postural de la rodilla. Los músculos de la LFS protegen las partes blandas y sensibles de la superficie anterior del cuerpo humano.
Al igual que ocurre con la LPS, hay en realidad dos LFS, una a la derecha y otra a la izquierda, y para asegurar un funcionamiento óptimo hay que mantener las dos partes en equilibrio.
Siguiendo el principio de “todo está conectado”, la LFS se une a la LPS en un punto concreto de los dedos del pie (en los periostios). Funcionalmente, estas dos vías anatómicas son opuestas. Así, la LPS es responsable de flexionar los dedos de los pies y LFS se ocupa de extenderlos. El equilibrio postural se mantiene fundamentalmente gracias a una relación, tensa o relajada, entre estas dos líneas.
La función general de la LFS en el movimiento es generar flexión del tronco y las caderas, la extensión de la rodilla y la dorsiflexión del pie. La interacción entre la LPS, fundamentalmente orientada a la resistencia, y la LFS, de reacción rápida, se va presente en la necesidad de contracción de una línea cuando la otra está estirada.
Un exceso de tensión en los elementos de esta linea provocan que el sujeto se enrroye en el plano sagital, buscando una actitud centrada sobre si mismo, que viene a reflejar la necesidad de afecto, un exceso de sensibilidad y de sesualidad.
Morfológicamente, muestran un periné muy contraido, se acercan los isquiones y se despliegan los hiliacos, abombamiento del sacro y retroversión de la pelvis. Es propio de personas con vida sedentaria, con un exceso en sus habiatos alimenticios.
5.5.3. Línea Lateral (LL)
La línea lateral sostiene cada lado del cuerpo.
La función postural de la LL es equilibrar la región anterior y posterior, y equilibrar los lados derecho e izquierdo. La LL también interfiere en las fuerzas que actúan sobre las demás líneas superficiales. La LL fija el tronco y los miembros interiores de forma coordinada para evitar que nuestra estructura ceda durante las actividades con los brazos.
La función de movimiento de la LL es participar en la inclinación lateral del tronco, abducción de la cadera y eversión del pie. También funciona con un “freno” de los movimientos laterales t de rotación del tronco.
Un exceso de tensión en esta línea se asocia a una necesidad de comunicarse con el medio que le rodea. Son sujetos con necesidad de intercambio que manifiestan tendencia a la extraversión. Podríamos asociarlo a una visión sintética de las cosas, y tendencia a la dispersión.
Una característica propia de estos individuos desde el punto de vista neurovegetativo, es que sus extremidades son caliente, la piel un exceso de grasa y cabellera escasa con calvicies tempranas.
Estableciendo un paralelo con los conceptos energéticos planteados por la medicina, nos permite asociar la expresión psico-comportamental a las influencias orgánicas y energéticas. No hay estructuras buenas o malas, todas tienen sus ventajas e inconvenientes, al final es todo cuestión de equilibrio, y de la búsqueda de un sistema motriz bien organizado.
5.5.4. Línea Espiral (LE)
La línea espiral gira en torno al cuerpo en una doble hélice, uniendo cada lado del cráneo con el hombro del lado contrario a través de la región superior de la espalda y después con la cadera del mismo lado tras pasar alrededor de las costillas y cruzar la región anterior a la altura del ombligo. Seguidamente la LE recorre la región anterolateral del muslo y la espinilla hasta los pies.
La función postural de la LE es envolver el cuerpo en una doble hélice que ayuda a mantener el equilibrio en todos los planos. Ayuda a definir la adecuada trayectoria de la rodilla durante el movimiento del andar. En caso de desequilibrio la LE ayuda compensando y manteniendo las torsiones, las rotaciones y los desplazamientos laterales del cuerpo. Gran parte de la miofascia de la LE está relacionada con otros meridianos cardinales, lo que garantiza la participación de la LE en un elevado número de funciones.
La función general de la LE en el movimiento es generar los giros y las rotaciones del cuerpo y estabilizar el tronco y el miembro inferior para evitar que se pliegue en una rotación completa.
5.5.5. Líneas del Brazo
Las líneas del brazo presentan más puentes miofasciales entre estas continuidades longitudinales que las líneas correspondientes de los miembros inferiores. Dado que nuestros hombros y miembros superiores están especializados en la movilidad (a diferencia de nuestros miembros inferiores, más dedicados a la estabilidad), esta variedad de grados de libertad exige unas líneas de control y estabilización más flexibles y, por tanto, más vínculos entre las líneas. No obstante, los miembros superiores están organizados de forma lógica, con una línea profunda y una superficial a lo largo de su cara anterior y posterior.
Los brazos, debido a su peso y a sus múltiples intervenciones en actividades cuotidianas las líneas del brazo tienen una función postural: la tensión que proviene del codo influye en la zona media de la espalda y la mala posición del hombro puede afectar a las costillas, cuello o incluso a la respiración.
Las líneas del brazo actúan alrededor de 10 niveles de articulaciones del miembro superior para un gesto tan simple como coger un objeto. Estas líneas están conectadas sin ningún tipo de discontinuidad con las demás líneas, especialmente con la LL y la LE.
5.5.6. Líneas Funcionales
Las líneas funcionales prolongan las líneas del brazo por la superficie del tronco hasta la pelvis y el miembro inferior del lado contrario. Estas líneas se denominas líneas “funcionales” porque, a diferencia de las demás líneas, se emplean con poca frecuencia durante la bipedestación. Se movilizan durante la actividad deportiva, con el acercamiento de un hombro con la cadera del lado opuesto.
Las líneas funcionales se presentan en el cuerpo como espirales
Están constituidas básicamente por músculos superficiales. Estas líneas desempeñan una importante función estabilizadora en otras posturas distintas a la bipedestación en reposo. Como por ejemplo en una postura de yoga.
Estas líneas nos permiten aplicar una potencia adicional y mayor precisión a los movimientos de los miembros, utilizando el miembro superior como una palanca mediante su conexión con la cintura del miembro opuesto.
5.5.7. Línea Frontal Profunda (LCFP)
La LCFP empieza en el plano profundo de la planta del pie y asciende por detrás de los huesos de la pierna y por detrás de la rodilla hasta la cara interna del muslo. En este punto, la vía principal pasa por delante de la cadera, la pelvis y la lumbar, al mismo tiempo por la cara posterior del muslo asciende una vía alternativa que llega hasta el diafragma pélvico. Desde el diafragma, la LCFP sigue su recorrido por la caja torácica mediante distintas vías que pasan alrededor y a través de las vísceras torácicas, y termina en la cara inferior del cráneo.A diferencia del resto de las líneas anteriormente descritas, la LCFP debe definirse como un espacio tridimensional, en lugar de cómo una línea. Por supuesto, todas las demás líneas también un volumen, pero se pueden ver fácilmente como líneas de tensión, a diferencia de la LCFP que ocupa un espacio de forma muy evidente.
La LCFP tiene un papel fundamental en el sostén del cuerpo: estabiliza el los miembros inferiores, sujeta por delante la columna lumbar, estabiliza el tórax a la vez que permite la relajación y expansión durante la respiración y mantiene el frágil equilibrio del cuello y la cabeza.
La falta de apoyo, equilibrio o tono adecuado de la LCFP genera el acortamiento global del cuerpo y tendera a hundir la pelvis y la columna. Y para compensar este acortamiento, modificara negativamente al resto de las líneas.
Ningún movimiento es exclusivo de la LCFP, excepto el movimiento de la cadera y la respiración diafragmática; aun así, ningún movimiento carece de su influencia.
6. La respiración y la presión intra-abdominal
La respiración es el mecanismo reflejo por excelencia, no obedece a una orden consciente del cerebro, sino a una actividad autónoma, que evidentemente está ejecutada por el Sistema Miofascial. Constituye el elemento esencial de las Líneas Miofasciales profundas.
La respiración reorganiza los ajustes de las longitudes musculares y de las fascias, tratando de devolver su movilidad, su flexibilidad y su longitud a los tejidos retraídos.
La movilidad del diafragma es esencial para la economía de la respiración. El diafragma es un gran músculo plano que se extiende como una cúpula móvil entre el tórax y el abdomen. Se encuentra en la parte inferior de las costillas bajas y de las primeras vertebras lumbares. Lewit ha descrito el diafragma como “un músculo respiratorio con función postural”. Efectivamente, el diafragma es el músculo complejo muscular más importante de la respiración, pero también es, unos de los componentes principales implicados en la función motriz.
Para comprender las interrelaciones entre el diafragma y los músculos abdominales en el momento de la respiración es necesario definir qué es un abdomen y dónde se encuentra. El Abdomen es una “Cavidad del cuerpo de los vertebrados comprendida entre el tórax y la pelvis, que contiene la mayor parte de las vísceras del aparato digestivo” es como un volumen líquido deformable y adaptable.
-En la inspiración la contracción del diafragma se centra, baja y empuja el volumen abdominal (vísceras hacia abajo y hacia delante).
-A diferencia de lo que ocurre en la espiración la contracción de los abdominales empuja el volumen del abdomen hacia atrás y hacia arriba. Desde el concepto mediastínico de Kapandji, las explicaciones de Patrick Germain, al concepto de Mayers, todos establecen relaciones funcionales y anatómicas tanto de carácter global como local, entre el proceso de la respiración y las tensiones miofasciales que acaban afectando y condicionando los movimientos de las diferentes partes anatómicas (cráneo y cervicales, vertebras dorsales, psoas, cuadrado lumbar,…), aumentando o disminuyendo su movilidad.