Organización del sistema nervioso central

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Tal como se ha definido anteriormente, el Sistema Nervioso Central, es el origen y el organizador de todas las órdenes que posteriormente son ejecutadas por el Sistema Miofascial, el cual, a su vez, mediante su función propioceptiva, proporciona nueva información al cerebro, para que éste ejecute la siguiente orden.

El Sistema Nervioso Central en su funcionamiento procesa un conjunto de datos muy diversos para proporcionar finalmente la respuesta más adecuada. Según la Teoría de Sistemas, desarrollada por Nicolai Bernstein, en 1932 “los movimientos no son dirigidos ni central ni periféricamente, sino que emergen de la interacción de muchos sistemas”. La coordinación del movimiento no ocurre (sólo) debido a patrones de activación muscular prescritos por vías sensoriales” (modelo reflejo) “o sólo por la acción de programas centrales (modelo jerárquico). La coordinación del movimiento surge a partir de estrategias de movimiento que aparecen de la interacción de todos los sistemas participantes. Este sistema propone organizar los movimientos en función de una tarea.

El acto motor está organizado jerárquicamente. El equilibrio y control postural están en base de la autonomía motriz. Cualquiera de las habilidades motrices necesita un adecuado control de la postura y el equilibrio. La posición del cuerpo varía según el movimiento que se vaya a realizar y el control de la postural se consigue gracias a cuatro modalidades sensoriales:

  • Información vestibular (posición de la cabeza).
  • Visual que nos mantiene en relación con el medio.
  • Propioceptivo que informa de la posición relativa de los distintos segmentos entre sí. Los mecanismos implicados son sensibles a los impulsos de estiramiento, presión y compresión.
  • Exteroceptivo que es la información proveniente a través de las superficies de contacto que nos rodean.

El sujeto tiene que estar permanentemente orientado en el tiempo y en el espacio para llevar con éxito este proceso de equilibrio. Esto es posible gracias a la representación mental de nuestro cuerpo y del lugar que ocupa en el medio que nos rodea, llamado esquema corporal, y de la programación de unas respuestas motoras que permiten adaptarse constantemente a nuevas situaciones.

Para un movimiento más eficaz, se aplica el aprendizaje motor que se encuentra dividido en tres fases:

  1. Fase cognitiva.

    La experiencia previa nos permite evaluar la tarea que se tiene que realizar y aprovechar otros aprendizajes motrices anteriores para establecer una estrategia motriz. En esta etapa lo importante es:

    • Los aprendizajes o hábitos motrices previos.
    • Los Aspectos circunstanciales: lugar o entorno, circunstancias ambientales, aspectos psicológicos (estado de ánimo, ansiedad).
    • El esquema corporal.
  1. Fase asociativa.

    Gracias a la información sensitiva y la evaluación de los resultados obtenidos, vamos modificando las estrategias para el movimiento, buscando una mayor precisión y sensación confortable. Una vez que se ha aprendido el movimiento, el sujeto utiliza ese logotipo sensitivo como guía para que el sistema de control motor del cerebro lo siga.

    Cuando se aprende una nueva habilidad motora, al principio se tiende a activar muchos músculos de forma simultánea y luego, con la práctica, las contracciones menos eficaces se eliminan (efecto aprendizaje) y sólo se contraen los músculos necesarios. Según la Ley de facilitación: cuando un impulso ha pasado a través de un grupo de neuronas excluyendo a otras, tenderá a tomar el mismo camino en futuras ocasiones, y cada vez que atraviese esta vía la resistencia será menor. Como por ejemplo, cuando un pianista interpreta alguna de las obras que más conoce, se descubre que la actividad neuronal se reduce a una pequeña zona, es por lo tanto una activación específica y enormemente eficaz. Cuanto más eficaz, menos neuronas trabajan y el movimiento está mejor aprendido.

  1. Fase autónoma.

    La tarea se asocia con una reorganización de los mapas cerebrales. La reorganización del mapa motor implica que han existido cambios, incluyendo mejoras en la precisión, en la capacidad y en el control de la habilidad motora. Por tanto, para que exista una reorganización del mapa motor no solo se requiere la adquisición de la habilidad del movimiento sino una cantidad suficiente de repeticiones.

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