Los músculos

Fundamentos fisiologicosLeave a Comment

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El envoltorio del esqueleto

Tradicionalmente la medicina occidental ha estudiado el músculo como un elemento individual atendiendo a su funcionalidad como órgano independiente sin tener en cuenta su papel en el conjunto del cuerpo. Es precisamente este punto de vista global el que nos interesa para este estudio, ya que en ninguno de los casos se ha pretendido enfocar como un tratado de medicina.

Los músculos, o más bien, las familias de músculos que actúan de forma simultánea y complementaria constituyen una verdadera cadena de tensión miofascial, que puede “encadenar” al cuerpo en una actitud especifica y que, en su continuidad, son los que producen el movimiento. En efecto, desde nuestra óptica, un músculo no será jamás tratado aisladamente, sino atendiendo a su funcionalidad dentro de la globalidad.

Los músculos se pueden clasificar en dos grandes grupos con diferencias biológicas y funcionales, músculos posturales o tónicos y músculos dinámicos o físicos. Íntimamente asociados a estos músculos tenemos las fascias o componentes fasciales. Las fascias conforman un entramado complejo y organizado que no solo envuelve y da forma a los músculos, sino que los une a los huesos y las articulaciones gracias a los tendones, ligamentos y cápsulas. A través de las fascias las fuerzas de contracción se trasladan hasta los huesos provocando el movimiento.

Ambos tienen características muy diferentes. Los músculos posturales pueden trabajar mucho tiempo sin fatigarse, lo que los convierte en excelentes puntos fijos, pero no los podemos controlar de forma consciente, actúan por mecanismos reflejos. Por el contrario, los músculos dinámicos, aunque capaces de generar mucha fuerza, necesitan alternar trabajo y reposo pero los controlamos de forma totalmente voluntaria.

Cuando la “Función Postural” es deficiente, tendemos a sustituir los músculos tónicos por posturales, exigiéndoles a éstos un papel para el que no están preparados y apareciendo contracturas, dolores articulares y de espalda que con el tiempo pueden derivar en patologías más graves. Esta diferenciación está llena de matices pero nos permite entender la necesidad de trabajar las dos fisiologías musculares y sus características. Por ejemplo cuando nos sentamos excesivamente separados de la mesa obligamos a nuestros músculos dorsales y cervicales a hacer el papel de sustentación que no les es propio.

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